lAGUNA DE GUATAVITA
La laguna de Guatavita se encuentra en la cordillera oriental de Colombia, en el municipio de Sesquilé, al norte de la cabecera municipal de Guatavita a una distancia de 63 km al norte de Bogotá. Para llegar, hay que salir por la autopista norte, ir hacia Zipaquirá, hasta llegar a Sesquilé. La laguna tiene de altitud a 3.100 m.s.n.m. y presenta de 5 a 11 grados de temperatura en una depresión montañosa de forma perfectamente circular, con 400 m de diámetro, rodeada de bosques nativos de encenillos. En la cordillera Oriental los lagos paramunos de mayor tamaño ocupan comúnmente antiguos circos glaciares, sin embargo, se cree que la depresión de la Laguna de Guatavita se formó por un colapso por disolución de estratos salinos, lo que concuerda con las características geológicas de la región, donde hay grandes depósitos salinos como los de Zipaquirá, Nemocón y Tausa
La balsa muisca es una pieza de orfebrería precolombina votiva elaborada por la cultura muisca en la región geográfica que actualmente corresponde al centro de Colombia. La pieza se encuentra exhibida en el Museo del Oro de Bogotá. Se estima que la figura fue elaborada entre los años 600 y 1600 d. C. por fundición a la cera perdida en oro con una pequeña cantidad de cobre.
La figura hace alusión a la ceremonia de la leyenda de El Dorado. Representa el acto de investidura de poder de los jefes muiscas que se celebraba en la laguna de Guatavita, en el cual el heredero del cacicazgo cubría su cuerpo con oro en polvo y acompañado del pueblo arrojaba oro y esmeraldas como ofrenda a los dioses.La pieza tiene una base con la forma de una embarcación de troncos con unas dimensiones de 19,5 x 10,1 cm y varias figuras sobre la balsa; la figura de mayor tamaño que se destaca en la mitad aparentemente representa al cacique, el cual está adornado con tocados, narigueras y orejeras, mide 10,2 cm de altura y está rodeado por sus soldados que portan estandartes.
La laguna fue una de las lagunas sagradas de los Muiscas puesto que allí se realizaba el ritual de investidura del nuevo Zipa (Cacique); según cuenta la tradición, éste iba en una balsa de juncos ricamente adornada; tenía el cuerpo cubierto íntegramente con oro en polvo; a sus pies ponían un gran montón de oro y esmeraldas para que ofreciera a los dioses y braseros encendidos para quemar una especie de sahumerio llamado moque; el nuevo dignatario iba acompañado por cuatro caciques y cuando la balsa llegaba al centro de la laguna, el pueblo que se encontraba en las orillas arrojaba objetos de oro y piedras preciosas al agua
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